Isaí
Sus pasos eran pequeños pero muy apresurados. Su velocidad era inverosímil para su edad. Recuerdo como se escondía en medio de los pasillos de su casa corriendo por su vida, alejándose de su diabólico tío Scar. Su sentido de urgencia era tanto, que a veces creo que olvidaba que se trataba de solo un juego, mientras vivía cada minuto de su personaje. Él era aún un bebé, pero era lo suficientemente grande en aquel entonces para jugar conmigo, su tío Ralph. Su pañal a veces se deslizaba peligrosamente. Recuerdo las pausas que en ocasiones tomábamos entre nuestras imaginarias batallas por el control de las tierras de Pride Rock para corregir este tipo de deficiencias. Era más que un juego o la historia del joven heredero del trono. Éramos él y yo...para siempre.
Isaí despertó sentimientos nuevos en mi vida. La bendición que tuve en medio de la responsabilidad de cuidarlo durante su niñez produjo un enfoque nuevo en mi vida; una que poco a poco llegó hasta ser una perspectiva paternal. Yo fui testigo de su rápido crecimiento. Desde sus limitados movimientos cuando solo tenía semanas de nacido, hasta el pequeño que me compartía la maravillosa experiencia al ver la película The Lion King. La vimos juntos en un sinnúmero de ocasiones. Hasta llegue a perder la cuenta. Era su historia preferida, y con el tiempo, llegó a ser la mía también.
Lo irónico es que la historia de nuestro cuento favorito, se trata de la continuidad de la vida. Abunda en lo importante que es en realidad no tomar nada ni a nadie de una manera trivial, pues al final todo conlleva un propósito, todo tiene un grado de importancia en nuestro caminar. Mucho más importante aún, nos exhorta a reconocer quienes somos y hacia dónde nos dirigimos. La realidad de la definición de esta verdad nos seguirá siempre y eventualmente, tendremos que enfrentar nuestro destino. Isaí me mostró muchas cosas. Quise ser un mejor amigo, quise ser una buena compañia. Prometí ser un buen padre. Al igual que la historia en la película, también nosotros pasaremos por medio de un gran desierto de desilusiones y de dolor. Vamos a caer abatidos en medio de la incertidumbre, del sentimiento de la incapacidad mental nuestra y de la mortal sed de lo desconocido. Habrán batallas que pelear y enemigos que enfrentar antes de tomar nuestra posición en el ciclo de vida—antes de tener control y poder. Pero al final y con perseverancia, valor y voluntad, seremos presentados ante todos en el monte de la victoria.
Gil Isai Morales Del Valle murió el 3 de agosto de 2011, víctima de un artefacto explosivo improvisado en el desierto de Afganistan. Tenía solo 21 años de edad. Lágrimas se deslizan aun por mi rostro al recordarlo. Mientras más avanza la edad en mi vida, más agudo es su recuerdo en ella...más siento el amor que le tengo. El era mi mejor amigo. Lo continua siendo. Pero su partida, aunque dolorosa, no ha sido en vano. Sin duda alguna, el joven Simba tocó muchas vidas. La memoria de su espaldita sudada de tanto correr por la casa, con el pañal a punto de desplomarse al suelo, es una cosa que recuerdo para la eternidad.
Hoy te he recordado mi querido amigo. Con un sentido de agradecimiento y de esperanza. Te veré pronto, muy pronto. Espero poder continuar nuestra historia, y el placer de verte ser levantado en el trono, saboreando tu victoria y eterno desenlace junto a nuestro rey. Te amo "pichonito".
Tío Ralph
El amor verdadero transciende hacia la eternidad...
ReplyDeleteAsi sera!!